El surgimiento del CAAT, responde a  la preocupación de la FEDECOAG, que a enero 2013 las organizaciones no cuentan con información climática en tiempo real, ni con informaciones que los alerten sobre amenazas climáticas de eventos extremos y tampoco cuentan con intrepretaciones prácticas de qué hacer en sus actividades agropecuarias y forestales ante la variabilidad climática.

El problema no solo es del país, ha sido identificado ampliamente por la FAO a nivel internacional, y la opinión de esta agencia internacional de la Naciones Unidas, es que hay que hacer un esfuerzo consistente para hacer llegar las informaciones climáticas, hídricas y de amenazas a nivel del productor y que el mensaje debe “traducirse”, de forma tal que las recomendaciones sean entendibles (no en lenguaje técnico) y permitan que los agricultures realicen acciones prácticas para disminuir su vulnerabilidad.